Cada día la palabra violencia acumula mas sinónimos en su "escalofriante" diccionario, se las escucha e inmediatamente se las relaciona, así sucede con las barras bravas, con las pandillas callejeras, así sucede hoy en día, también, con la palabra patovicas. Peor aun, que la policía se convierta en sinónimo, si ya no lo es. El motor propulsor es el mismo, el sentirse poderoso, el pensar que uno tiene potestad de hacer lo que quiera con la otra persona, estamos hablando en este caso solo de la física, muchas veces de menor grado que las otras formas de violencia.
Usted se estará preguntando por la solución, ¿que se puede hacer para terminar con toda esta violencia que existe en el país? pregunta la señora del pueblo mientras baldea su vereda, pues esto ya lo hemos expuesto con anterioridad citando el caso de Malagueño. Dígame sino usted por donde comenzaría, ¿no lo haría por su casa?, ¿por la educación de su hijo?, porque la palabra que cada vez acumula mas sinónimo no está tan lejos de su casa, quizás este a la vuelta o quizás ya este en su casa y usted no lo sabe. Tome la palabra como herramienta y concentrece en la educación como puntos de partida, tome los recaudos necesarios para ser un granito de ayuda de esta sociedad tan vapuleada por "una milonga que ya nadie quiere escuchar".
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